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Un estudio poco fiable

A continuación se muestra el análisis crítico del estudio ISICO sobre la correlación "Tenis y columna".

"El tenis no es peligroso para la columna vertebral mientras crece:

resultados de un estudio transversal”

( Zaina F.  et al. El tenis no es peligroso para la columna vertebral durante el crecimiento: resultados de un estudio transversal. Columna vertebral europea J  25 (9): 2938-44, 2016 )

 

 

 

 

Criticidades encontradas

 

En el texto (fragmento, introducción y métodos) se informa que el objetivo de este trabajo es verificar la prevalencia de deformidades de la columna vertebral y dolor de espalda en adolescentes que practican tenis en un nivel competitivo, en comparación con controles sanos. Para lograr este objetivo se utilizó un diseño de estudio transversal.

 

Observamos varias cuestiones críticas en la elección del diseño del estudio y sus consecuencias.

 

1. Los diseños de cruces tienen fortalezas y debilidades. En efecto:

 

- Recoger información sobre la exposición a factores de riesgo y sus resultados (aparición de la enfermedad) en el mismo momento y sobre el mismo paciente. Se pueden considerar como una instantánea de una enfermedad en una población en un momento determinado. Sin embargo, dado que la exposición y el estado de la enfermedad se miden en el mismo instante de tiempo, es por eso que muchas veces se utilizan solo en primera instancia, para luego realizar estudios de casos y controles o de cohortes;

 

- Ofrecen resultados inmediatos y no son económicamente relevantes ya que no requieren el uso de recursos, tiempo y personal por períodos prolongados (a diferencia de los estudios de casos y controles o incluso más estudios de cohortes);

 

- Son útiles para explorar la distribución de una enfermedad en el tiempo "0", la asociación entre enfermedad y factor aleatorio; pueden considerarse como una primera fase de un estudio a profundizar con otro tipo de diseños (caso-control o cohorte);

 

- No está claro por qué se tomó un grupo de control, ya que no está incluido en este tipo de estudio. Además, en el texto se los define como "controles sanos", cuando en cambio se afirma expresamente que para la elección de este grupo no se impusieron restricciones sobre el tipo de deporte practicado, ni sobre un diagnóstico previo de enfermedad. Por definición, un grupo de control es un grupo de sujetos que, aparte del hecho de que no han desarrollado la enfermedad, son idénticos en todas las demás características al grupo de casos.

 

2. En el apartado dedicado a "Análisis estadístico" no se ha informado del software utilizado para realizar el análisis, ni si se ha contrastado o no la normalidad de los datos. Además, no se especificó qué tipo de estadística descriptiva se utilizó en las siguientes tablas. De hecho observamos para variables continuas a xy.z ± xy.z (x, y, z son dígitos del 0 al 9), pero no está claro qué representa la cantidad a la derecha del "±", sino sólo a supongo que podría ser una desviación estándar o un error estándar siendo la cantidad a la izquierda del símbolo "±" un promedio.

 

3. En los “Métodos” se describe el uso de la prueba Chi-cuadrado. Para utilizar este método, el número total debe ser superior a 200 y ninguna frecuencia observada debe ser inferior a 5. Si se viola la primera hipótesis, se debe recurrir a la corrección de continuidad de Yates, en el segundo caso, utilizar la prueba exacta de Fisher. En el presente trabajo, en las tablas 1 y 2 observamos la falta de ambos requisitos, pero aún se utiliza la prueba de Chi-cuadrado, lo que probablemente lleve a resultados engañosos.

 

4. En el caso de resultados no estadísticamente significativos, simplemente se reportó un “NS”, sin tener la magnitud de no significancia (hubiera sido más apropiado también en estos casos reportar el p-valor).

5. En el apartado "Resultados" se informa que "la media de ATR no difiere entre grupos, tanto en machos como en hembras" (5): esto no es cierto en absoluto; de hecho, las medias difieren entre grupos, tanto en hombres como en mujeres, pero estas diferencias no son estadísticamente significativas. Por lo tanto, habría sido apropiado especificar que la ATR media no difiere estadísticamente de manera significativa entre los grupos tanto en hombres como en mujeres, un enfoque seguido en otros lugares en los resultados de otras variables.

 

6. El “Extracto” (Resultados) muestra valores para ATR que no se encuentran en el texto: para mujeres, grupo de tenis 3.2° ± 1° cuando la tabla 10.1 muestra 3.2° ± 2.1°; para el grupo “Escuela” el extracto muestra 2,8°±1°, mientras que en la tabla 10.1, 2,8°±1,7°. Para el grupo masculino sucede algo similar: grupo tenis 2.8°±1° cuando en la tabla 10.2 se reporta 2.8°±1.5°; para el grupo “Escuela” el extracto muestra 2,6°±1°, mientras que en la tabla 10.2 2,5°±1,4°. En este último caso el valor de p también fue erróneo, como se reporta en el extracto "p<0.05" y en la tabla "NS": esto genera mucha confusión.

 

7. En la tabla 3, la fila de sujetos masculinos y femeninos parece haberse invertido: parece que los sujetos masculinos que juegan tenis tienen una edad promedio de 12,0 ± 0,8 mientras que en la tabla 2 el valor informado es 12,0 ± 1,0. Lo mismo para las mujeres: tienen una edad promedio de 12,0 ± 1,0 mientras que de la tabla 10.1 el valor informado es 12,0 ± 0,8: los valores probablemente se hayan invertido. En cuanto a la variable ATR, se observa lo mismo, haciendo la relación entre los valores mostrados en la tabla y el respectivo número de grupos: el valor 28% es para sujetos femeninos, 26% para masculinos. Además, no queda claro por qué en la tabla 3 se consideró en ATR≥5° y ATR≥7°, mientras que en las tablas 1 y 2 ATR>5° y ATR>7°: quizás quiere decir que no hay ningún sujeto con ATR = 5 y ATR = 7? Esto es engañoso para la comprensión y comparación que queremos hacer en la tabla 3 al explotar los datos de este trabajo.

 

8. En el apartado “Discusiones” se afirma que, a partir de los resultados alcanzados, se rechaza la idea de que el tenis es considerado tradicionalmente como un deporte que puede dañar la columna vertebral y aumentar el riesgo de deformidades vertebrales, observándose una prevalencia similar en los dos grupos que se comparan. A este tipo de conclusión no se puede llegar con el diseño de estudio empleado, sino con un caso-control o cohorte. Al mismo tiempo, se dice con razón más adelante que, por el tipo de diseño empleado, no podemos establecer una relación causa-efecto, sino simplemente una correlación, a la espera de futuros estudios. En las "Conclusiones" se reitera acertadamente la falta de asociación entre Tenis y LBP.

 

9. Dadas las conclusiones correctas, y la forma de interpretar los resultados, el título de este trabajo es engañoso ya que parece establecer una relación de causa-efecto, afirmando que el tenis no es peligroso para patologías relacionadas con la columna vertebral durante el crecimiento. En opinión del escritor, un título como: "El tenis no se correlaciona con patologías relacionadas con la columna vertebral durante el crecimiento: resultados de un estudio transversal" hubiera sido más correcto (aunque menos cautivador y/o mediáticamente expresivo). .

 

BIBLIOGRAFÍA

 

1 Becker TJ. Escoliosis en nadadores. Clin Sports Med 5: 149–158, 1986.

2 Zaina F et al. Natación y deformidades de la columna: un estudio transversal. J Pediatr 166: 163–167, 2015.

3Warren MP et al. Escoliosis y fracturas en jóvenes bailarines de ballet. Relación con la menarquia tardía y la amenorrea secundaria. N Engl J Med 314: 1348–1353, 1986.

4 Sato T et al. Dolor de espalda en adolescentes con escoliosis idiopática: estudio epidemiológico de 43.630 alumnos en la ciudad de Niigata, Japón. Eur Spine J 20: 274-27, 2011.

5 Zaina F et al. El tenis no es peligroso para la columna vertebral durante el crecimiento: resultados de un estudio transversal. Columna vertebral europea J  25 (9): 2938-44, 2016.

 

 

 

 

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